GLADYS
LOPRETO (2018) – Hablas en el aula. La
diversidad lingüística en la institución escolar. La Plata, EDULP, link: http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/70104
El presente libro comenzó su existencia
hacia 2008 en formato de blog. Allí los autores, que nos definíamos como estudiantes y docentes que creemos en la escuela, en la comunicación,
en la posibilidad de articulación entre los saberes académicos y la sociedad,
nos hacíamos el siguiente planteo: El
aula es un espacio de encuentro entre hablantes de distintos orígenes que traen
costumbres, usos, palabras diferentes; en el centro, el docente. ¿Qué pasa en
estos múltiples encuentros? ¿Hay diálogo? ¿Hay comunicación? ¿Se produce el
aprendizaje? Para aglutinar esos usos diferentes tomamos entonces el
concepto de diversidad lingüística
como categoría necesaria, concepto que después supimos cuestionado desde varios
ángulos pero que, aceptado por muchos autores, consideramos entonces adecuado
para designar determinadas situaciones que se daban en la sociedad.
Esas situaciones aparecían como
un emergente en la misma escuela, creada sin embargo en su origen para
homogeneizar usos y creencias, incluida ‘la lengua’. Pero la diversidad existe
también en esta última, en estrecha relación con los imparables cambios
(culturales, generacionales), la reconocida condición de creatividad de la
lengua, su uso para distintos fines (incluso lúdicos), las necesidades comunicativas
del hablante en una determinada situación, la integración de hablantes de
distintos orígenes o grupos sociales. Con respecto a este último punto, sabemos
que en las aulas de hoy convergen chicos de diferentes procedencias que
incorporan al habla un rasgo –sonido, palabra, uso gramatical- distinto al
habitual en la zona, LO que suele contradecir el imperativo de la lengua
estándar o correcta asumido por el/la docente y es rechazado y transformado a
menudo en materia de bullying.
Esta problemática es abordada
en el presente libro a partir de casos,
consistentes en usos a menudo desechados como anómalos o incorrectos, pero no nos
limitamos a un mero anecdotario: pensamos con Grimson (2012) que el
estudio de casos constituye el horno donde las teorías se cuecen y se procesan.
Luego, a diferencia de condenar o corregir, señalamos la necesidad del docente
de apoyarse en el conocimiento para tomar los usos distintos como situaciones
de aprendizaje: de otras lenguas, otras lógicas, otras necesidades comunicativas;
nuestro aporte en este sentido será fundamentalmente desde las ciencias del
lenguaje.
Los casos analizados no agotan
las posibilidades de lo que ocurre en la interacción áulica. Es muy probable
que el docente se encuentre, en su circunstancia particular, frente a
situaciones distintas a las relatadas, por lo que no proponemos reglas sino
mantener la mente abierta, no condenar lo distinto, aunque no por la mera
tolerancia –que nos ubica siempre en un lugar superior- sino porque toda lengua
es una creación legítima de una comunidad determinada, de ahí la necesidad de
reflexionar, indagar, preguntar/se, abrirse al conocimiento.
Para ello, desde un punto de
vista cognitivo, se reconoce la importancia del concepto de variaciones (Lavandera, A. Martínez) y
de la condición de bilingüismo, que
implica el reconocimiento positivo de otra u otras lenguas o variedades de
circulación social. No nos referimos solo a las primeras del ranking, las del
mundo globalizado, sino también a las lenguas de las comunidades originarias o
de migraciones, al lenguaje de los adolescentes, al lunfardo, a las
desestimadas como jergas, a las lenguas mixtas, algunas de las cuales ya tienen
nombre propio: cocoliche, portuñol, espánglish, guarañol, español apaisanado,
que alcanzan incluso nivel literario, como la poesía de Fabián Severo con que
se abre el libro.
Los casos singulares permiten
además cuestionar y abordar ciertos temas más complejos que tienen una visión
negativa, ya naturalizada en el imaginario y asumida como verdadera, como los juicios
condenatorios sobre ‘el lenguaje de los argentinos’ o ‘el lenguaje de los
jóvenes’, así como las actitudes neocolonialistas que se encarnan en muchos
agentes sociales; el preguntarnos sobre el porqué de esas actitudes nos llevó a
cerrar nuestro estudio intentando avizorar el origen histórico de dichas
creencias en nuestro país, convertidas muchas veces en lugares comunes, lo que
nos permitió informarnos de determinados objetivos económico-políticos que
subyacen a las cuestiones de lenguas.
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